¡No tengo en el alma ni una sola cana
ni tampoco hay en ella ternura senil!
Ensordeciendo al mundo con el poder de mi voz
avanzo hermoso,
con mis veintidós años de existencia.
¡Los delicados
tocan el amor con tiernos violines!
Pero el rudo se sirve de timbales.
Prueben, como yo,
a darse vuelta como un guante
y ser todo labios.
(...)
Si lo desean
comeré carne hasta ponerme rabioso
-y, como el cielo, mudaré de tonos-;
si lo desean
seré impecablemente tierno.
No un hombre,
¡sino una nube en pantalones!
1 comentario:
Me gusta tu foto, es indy y sugestiva. La última entrada está entre melanco y feliz. No te pongas triste así es esto de jugar a vivir. Kusch dice que la vida es ese paso irrmediable de lo blanco a lo negro, de la ciilización viajar a la barbarie, en suma es poner el pie en la huella del diablo. Algo más o menos así declara ese filósofo argentino.
Pasando a otro punto, tu dote de creación literaria no es malo, de hecho es bastante bueno consierando que venís de Ciencias y ahí sólo saben derivar. Me gusta leerte pues buscar cosas precisas pero llenas de estética. Así que espero que publiques con más frecuencia.
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