martes, 16 de octubre de 2012

Crónica del socket fundido

Lunes 10.30 pm. Comienza con un zumbido en la lámpara y luego un sonido sordo, puf, el foco se ha fundido. En otra circunstancia hubiera ido por un foco nuevo para cambiarlo pero el zumbido me indica que el problema no es el foco (eso el hecho de que a veces se iba la luz y unos golpes irresponsables en la lámpara solucionaban el problema).
Lunes 10.32 pm. He decidido a solucionar el problema sin ninguna ayuda, pienso: ¡caray! es un socket fundido, en mi mente puedo cambiarlo en menos de cinco minutos.
Martes 03.00 pm. Ahora que estoy sola y sin interrupciones puedo comenzar mi trabajo, bajo el interruptor principal y comienzo a quitar la lámpara, sin yo saberlo ha comenzado el drama.
Martes 03.05 pm. Me empiezo a convencer de que el tornillo que pienso ajusta la lámpara al cable no saldrá nunca, he pasado los últimos cinco minutos intentando quitarlo y lo único que he conseguido es desgastarlo haciendo aún más dificil su salida.
Martes 03.15 pm. No puedo encontrar un destornillador adecuado, opto por la salida fácil y corto el cable, al menos ahora tengo la lámpara a mi altura, descubro que ese tornillo no hace falta que salga de donde está.
Martes 03.20 pm Efectivamente el socket está fundido, la causa, una pequeña pieza que sostenía otra pequeña pieza se ha roto, intento repararla, me doy cuenta que es más fácil comprar un socket nuevo.
Martes 03.25 pm Empiezo a pelar el cable, recuerdo la anécdota de un amigo que de niño se quedó pegado en un contacto, su madre llegó y de una patada logró salvarlo (no sé si esa es la versión pero en mi mente es muy graciosa, lo imagino echo bolita en contorsión y su madre con una patada digna de pelé logra zafarlo, por supuesto mi amigo sale volando por los aires) paso de la carcajada a la paranoia mediante una conversación.
- Te puede pasar a ti
- Pero ya bajé el interruptor
-¿Estás segura que eso es suficiente?
- No.
Martes 03.35 pm. He logrado pelar los cables, por supuesto fui a buscar unos guantes antes hacerlo, siento las piernas temblorosas y la frente húmeda.
Martes 04.00 pm. Llego a la tlapalería por un socket nuevo, me dan un modelo que no conocía, tiene integrados los cables en lugar de tornillos, lo odio pero no tengo otra opción. Estoy segura que el don me lo dio más caro. No faltó su comentario sarcástico de ¿usted lo va a cambiar?, tenga cuidado y su cara de "a ver si puede"
Martes 04.30 pm Me pongo los guantes y comienzo mi tarea, error, comienzo otra vez, error, una vez más, error, casi chillo y recuerdo la cara del don, recupero la calma, han sido tantas veces las que me he equivocado que agarro confianza y me quito los guantes, por fin sin guantes logro lo esperado aunque no como quería, la unión con los cables del socket está al descubierto, me resigno.
Martes 04.50 pm Por fin he terminado, subo el interruptor, regreso al cuarto, cierro los ojos y enciendo la luz.

He conocido la felicidad.

martes, 3 de enero de 2012

Cuentos

Mi padre suele golpear la tubería para despegar el óxido, claro que también suele hacerlo en la mañana, temprano, a veces cuando duermo. Una de esas mañanas estaba yo plácidamente dormida cuando escuché el molesto martilleo. Entre sueños mi másomenos-conciencia me dictó un cuento cuya trama era algo parecido a lo que sigue: Mi padre sube a la azotea para martillar el óxido y no se percata que en realidad es una clave que ciertos extraterrestres escuchan e interpretan como un  amigable llamado, luego viajan hasta acá y aterrizan en mi edificio para averiguar quién es el extraño ser que los saluda; por supuesto mi papá está tan concentrado que no percibe la visita de los extraterrestres hasta que... En ese mismo estado somnoliento me pareció una gran historia, casi casi como para lanzarme al éxito editorial, ya veía a mis amigos y conocidos comentando con gran admiración esa fabulosa imaginación y el genio hasta entonces oculto de mi escritura. Pero luego en verdad desperté y recordé aquel "maravilloso" cuento y se me hizo absurdo, me causó gracia y me pareció que podría utilizar toda esta historia para mostrar una metáfora super profunda sobre los sueños, el inconciente y la belleza, luego lo pensé dos veces y ahora me resulta graciosa esta "sesuda" reflexión que en realidad no lleva a nada más que a preguntar ¿no es asombroso cuando se mezcla el sueño con la realidad? Tal vez siga dormida.